lunes, 11 de febrero de 2013

Los Malos de la Historia: Elizabeth Báthory


Buenos días hoy como cada lunes seguimos hablando de los angelitos que pasaron por la historia, y hoy estamos de enhorabuena porque le toca el turno a una dama; hoy hablaremos de Elizabeth Báthory, la Condesa Sangrienta (1560-1614).



Erzsébet Báthory, fue una aristócrata húngara que pasó a la posteridad por su crueldad y por su obsesión por la belleza, que la llevó a asesinar a centenares de jóvenes. No se conoce con exactitud cuánto hay de ficción  y cuánto de realidad en su historia y aún hoy en día hay historiadores empeñados en conoces más detalles de esta enigmática mujer. Lo cierto  es que recibió una buena educación, algo inusual en la época. Se casó muy joven con el conde Ferenc Nadasdy, un hombre que casi le doblaba la edad y que se pasaba la mayor parte del tiempo batallando contra los otomanos.



Ferenc también disfrutaba torturando a sus enemigos y empalándolos en los campos de batalla. De hecho, se ganó el sobrenombre de El Caballero Negro de Hungría.

Hemos conocido las primeras muestras de la crueldad de la condesa gracias a las cartas que enviaba a su marido cuando él se encontraba en el campo de batalla. En ellas se aconsejaban mutuamente sobre la mejor forma de castigar a los criados. A la condesa le agradaba pegar palizas a sus sirvientas, a las que pinchaba con agujas debajo de las uñas o golpeaba con un mazo. Disfrutaba viendo sangrar a las jóvenes que torturaba.



Como en otras ocasiones, un hecho en particular hace que la maldad se multiplique y que sea el detonante de las terribles acciones que se suelen suceder. En el caso de Elizabeth lo provocó la muerte de su esposo cuando ella tenía 44 años y tres hijos a los que educar. Esta muerte tan repentina llevó a la condesa a la desesperación, por lo que expulsó de su castillo a toda la familia de su difunto marido y se dedicó, a partir de ese momento a ejercer el mal.

Comenzaron a rumorearse historias sobre las prácticas oscuras que realizaba la condesa en su castillo. Se hablaba de brujería y de extraños rituales en los que se utilizaba la sangre de mujeres jóvenes.

En los sótanos albergaba una auténtica cámara de tortura en la que no faltaba una " dama de hierro" con terribles pinchos de metal que se clavaban en las víctimas. Ganchos, hierros para usarlos candentes, grilletes, etcétera. Un auténtico arsenal de materiales, dispuestos para hacer sufrir a las más doncellajóvenes s.

La condesa estaba obsesionada con su belleza y con mantener la juventud eternamente y de ahí que en su locura comenzara a beber sangre de jóvenes a su servicio. También se bañaba con su sangre caliente e incluso arrancaba mientras las jóvenes estaban en vida trozos de carne para frotárselos por el cuerpo.

Con el tiempo se detuvo, al parecer gracias a que una de sus jóvenes víctimas pudo escapar y denunciarla.
Una vez encerrada comenzaron a surgir multitud de testimonios, que le implicaban centenares de desapariciones.

Los juicios contra ella comenzaron y con ellos las investigaciones, al entrar a inspeccionar su castillo en busca de pruebas se llevaron la desagradable sorpresa de encontrar numerosos cadáveres de mujeres jóvenes. 

Todos los seguidores de la condesa fueron ejecutados, a excepción de las brujas, a las que se les arrancaron los dedos con tenazas incandescentes por haberlos ensuciado con sangre de cristianos. Como las leyes impedían ejecutar a una noble, se decidió encerrar de por vida a Elizabeth en una mazmorra en la que tan sólo se dejo un pequeño agujero donde se le pasaba la comida. A los cuatro años de su encierro la condesa murió y se la enterró en su pueblo. A partir de ese momento se prohibió hablar de ella en todo el país.