Lucio
Aurelio Cómodo Antonino (161-192 d.C) gobernó el Imperio romano desde el
año 177 hasta su muerte al sustituir a su padre Marco Aurelio, con el que en
algún momento llegó a compartir mandato.
Nada
más subir al trono comenzó a dar muestras de su locura al ordenar que se lo
adorase como la encarnación de Hércules y Mitra. También como sus antecesores,
asesinó a su hermano, abuso y violó a sus hermanas y lo intento también con su
propia madre.
Cómodo
era amante de las batallas y le gustaba pelear con sus gladiadores aunque a
éstos los obligaba a saltar a la arena con espadas de madera mientras que él
iba armado hasta los dientes.
Obviamente
sus adversarios sucumbían en la desigual pelea que repitió casi un millar de
veces.
Como
tal reencarnación de Hércules portaba en ocasiones la maza del héroe griego con
la que asestaba golpes mortales a todo aquel lisiado o mendigo que encontrara
tirado por las calles de Roma. A estos desmanes habría que sumar que Cómodo
ofrecía a diario sacrificios humanos a la diosa Isis.
También
como sus antecesores humilló a muchos de los senadores a los que pronto tuvo en
contra. No faltarían tampoco los escándalos públicos gracias a las orgías que
organizaban y de las que dejaba constancia escrita a través de las " Actas
de Roma ", realizadas por sus escribas con el objetivo de ensalzar todos
sus actos.
Gracias
a estos documentos también hemos conocido su atracción por lo escatológico,
pues llegó a mezclar en algún banquete ofrecido a sus amigos y familiares ricos
manjares con excrementos y hasta sangre menstrual que los asistentes estaban
obligados a ingerir sin mostrar repugnancia.
Tampoco
la muerte de Cómodo fue muy agradable, acabó siendo víctima de una conspiración
encabezada por la concubina del emperador, Marcia, que intentó acabar con su
vida con un veneno que no resultaría suficiente para terminar con el
mandatario romano, por eso el resto de conspiradores participaron en el
asesinato, principalmente y para mayor humillación del emperador, Narciso, un
esclavo amante de su concubina que lo asfixió con su propio colchón.
Los
restos del cruel emperador fueron arrojados a la fosa común (spolarium), donde
se enterraban los cuerpos destrozados de los gladiadores caídos en el circo.