Hoy es el día en el que muchos vamos a sufrir alguna broma o " inocentada" pero sabemos de ¿Dónde viene esta tradición? Para encontrar su origen, tenemos que remontarnos a
comienzos de nuestra era, cuando el rey Herodes ordenó matar a todos los niños
menores de dos años en la ciudad de Belén, temeroso de que Jesús, el nuevo
mesías que acababa de nacer, le pudiese arrebatar el trono. A raíz de esta
matanza, la iglesia católica decidió, allá por el siglo IV, conmemorar la
muerte de estos niños, los Santos Inocentes, cada 28 de diciembre.
Sin embargo, con el paso del tiempo esta
fecha acabó adquiriendo el carácter de día de las bromas que conocemos en la
actualidad. Podemos hallar antecedentes de ellas en la antigua fiesta romana de
los saturnales (el 17 de diciembre), pero el verdadero origen de las
inocentadas se remonta a la
Edad Media. En el centro de Europa existía la costumbre de
elegir, el día de San Nicolás (6 de diciembre), un Obispillo, seleccionado
entre los niños del coro de las catedrales, y cuya dignidad duraba hasta el 28
de diciembre, día de "Los Inocentes". Por esta razón, y porque era
heredero de otra figura popular anterior, la del "Obispo de los
locos" (que representaba el inversión de los órdenes sociales y, por tanto
le era permitido toda forma de bromas) tomó el nombre de "Obispillo de
Inocentes".
Perseguida por la Iglesia por su carácter
burlesco y sacrílego (1431, Concilio de Basilea), la costumbre continuó y se
difundió a otros países como España, en donde adquirió gran arraigo. Cuando
Sicilia estuvo bajo el dominio de España, con los españoles llegaron las
inocentadas y, del mismo modo se trasladaron a América Latina dónde aún
perduran.
En Sicilia la costumbre estaba circunscrita
a las clases próceres. Y ya después de 1860 las inocentadas cedieron el paso a
la bromas del "pez de Abril", como consecuencia del influjo cultural
de la península italiana (esta fiesta tiene lugar el 1 de abril en Italia y
Francia, siendo el equivalente a nuestro día de los inocentes).
En Burgos (España), todavía se celebra la
tradición del Obispillo y sus 16 Inocentes, quien después de su investidura a
primeras horas del día 28 de diciembre, recorre las calles por el Casco
Histórico, finalizando su caminata a lomos de un caballo en la Plaza Mayor , donde es
recibido por al Alcalde y otras autoridades. Desde el palco del Ayuntamiento
saludará a todos los presentes, sobre todo a los niños burgaleses.
Fuente:
mitos urbanos