lunes, 29 de octubre de 2012

El Libro del Bien y del Mal.


Perot de Granyana, era una simple labrador castellonense que sin duda alguna habría pasado desapercibido por el camino de la Historia de no ser por el milagroso descubrimiento acontecido mientras araba un pequeño campo de su propiedad.
Y es que Perot, al mando de su yunta de bueyes, se vio obligado a detener sus labores cuando sin razón alguna, sus bestias de trabajo decidieron pararse y no seguir con su duro trabajo. Y no se detuvieron en cualquier sitio no, lo hicieron justo frente una gran losa que se encontraba al pie de un “lledoner”, es decir, un almez. Ni corto ni perezoso, hacia allí se dirigió el bueno de Perot, cuando  tras intentar en vano arrancar el árbol, una de sus raíces saltó de la tierra dejando al descubierto una pequeña talla de poco más de 6 centímetros de altura. Perot de Granyana acababa de descubrir la imagen de Nuestra Señora de Santa María del Lledó, patrona de Castellón.


La Santa Troballa. Oleo donde se representa el hallazgo de Perot de Granyana.
Durante siglos se creyó que este relato del descubrimiento de la imagen de la Virgen de Lledó formó parte del conocido como “Libre del Be i del Mal”, es decir, del Libro del Bien y del Mal.
El Libro del Bien y del Mal era un curioso libro donde teóricamente se anotarían los nombres de todas aquellas personas que hicieran “plaers i desplaers”, es decir, servicios y deservicios a la Ciudad del Valencia.
El objetivo de esta obra no era  otro que el  evitar que cayeran en el olvido todos estos buenos y malos actos acaecidos en Valencia,  según un acuerdo adoptado por el Consejo de la ciudad el 13 de mayo de 1339.
A pesar de la decisión de empezar a escribir este curioso libro, por unas cosas u otras, la idea cayó en el olvido, retomando de nuevo la idea en el año 1390. En esta nueva reunión se acordó que en una parte del libro se anotaría el nombre de las personas e instituciones que prestaran buenos servicios a la ciudad, y en otro, los nombres de todos aquellos que actuaran de forma contraria.
Lo cierto es que, a fecha de hoy, nadie tiene claro que ocurrió con el Libro del Bien y del Mal. De hecho, el historiador y cronista de la ciudad de Valencia,  Salvador Carreres Zacarés (1882-1973), siempre opinó que este libro nunca llegó a realizarse, y que el llamado “Llibre de Memories”, con el cual algunos lo quieren relacionar, poco a nada tiene que ver.
Sin embargo,  otro gran historiador Valenciano, Francisco Almarche Vázquez, siempre defendió la existencia del Libro del Bien y del Mal, si bien apuntaba a  que debido a su contenido, alguien lo hizo desaparecer a mediados del siglo XVI.
José Martínez Ortiz, todavía va un poco más lejos. Además de asegurar la existencia del misterioso libro, afirma que fue sacado de los archivos de la ciudad en el año 1707, siendo su nuevo propietario el conde de Cocentaina, pasando en el año 1780 al archivo del conde de Santisteban del Puerto y de Cocentaina, en Madrid.
Como podemos ver, hay opiniones para todos los gustos. Por cierto, el fragmento que cuenta la historia del bueno de Perot de Granyana es más falso que un euro de madera. Tras un riguroso análisis filológico, el doctor Ángel Sánchez Gozalbo, demostró en el año 1966 que este texto nunca formó parte del Libro del Bien y del Mal. Sánchez Gozalbo lo fechó en el siglo XVII. Toda una pretensión el hacer pasar un documento apócrifo por uno medieval auténtico.

                                                                     Fuente : Acariciando la Historia.