Durante el reinado de Luis XIV, el
rey Sol, Francia incrementó su poder y su influencia por toda Europa llevando a
Francia a una de sus épocas más gloriosas. En su palacio de Versalles se
recibían embajadas de lugares tan remotos como Siam, Persia… o Issiny (reino
situado entre las actuales Ghana y Costa de Marfil). En una recepción con los
embajadores del rey Arda de Issiny, le ofrecieron al rey Sol, entre
otros muchos presentes, un esclavo pigmeo – otra versión atribuye la llegada
del africano a Versalles como un regalo del duque Beaufort al monarca tras uno
de sus viajes.
El rey no sabía qué hacer con él,
así que decidió regalárselo a su esposa María Teresa de Austria y Borbón,
hija de Felipe IV de España, para que le hiciese compañía y amenizase en tantas
y tantas veladas en las que el rey estaba ocupado en cuestiones de Estado y en
otros menesteres más mundanos (Luis XIV era de los que perseguía una fregona
con faldas). La reina y Nabo, que así decidió María Teresa llamar al
esclavo, eran forasteros en tierra extraña y pronto se convirtieron en
inseparables y confidentes. El hecho de tener un esclavo negro llegó a
convertirse en una moda entre los damas de la corte de Versalles.
El 16 de noviembre de 1664, tras un
complicado parto y un mes antes de lo previsto, la reina daba a luz a su tercer
hijo, en este caso una hermosa niña… negra. Supongo que ante tamaña
sorpresa seguro que se oirían explicaciones del tipo – y esta es cierta – “es
que durante el embarazo comió muchas aceitunas negras“. Ante aquella sorpresa,
se reunen el rey, los médicos y el clero para ver qué hacer… el pobre Nabo
desaparece misteriosamente (incluso se ha llegado a pensar que Nabo fuese el misterioso hombre
de la máscara de hierro encarcelado en la prisión de la Bastilla ) y a la reina le
dicen que la niña está muy débil. A los 48 días se anuncia que la pequeña
infanta había fallecido.
Este cuadro, fechado en 1695 y que
actualmente se puede ver en la
Biblioteca de Santa Genoveva en el barrio Latino de París,
levantó las sospechas… es Louise Marie-Therese(1664-1732), una monja del
convento de benedictinas de Moret del que nunca salió y que podría ser la hija
de la reina y de Nabo. Las múltiples visitas al convento de miembros de la
nobleza – incluso se dice que de su hermanastro Luis, el heredero de la corona
– y dos cartas, fechadas el 13 de junio de 1685 y el 15 de octubre de 1695, en
las que se conceden pensiones al convento y a la propia monja de 250 y 300 libras
respectivamente podrían confirmar las sospechas.
Fuentes: Hitorias de la Historia